La A5 sigue dividiendo aún más nuestros barrios.

La planificación urbana en nuestra ciudad ha demostrado ser un fracaso para los vecinos y vecinas de Lucero y Batán. Las obras de soterramiento de la autovía A5 han generado una barrera física y social que afecta a miles de personas.

En el transcurso de las obras, el ayuntamiento vuelve a mostrar su apuesta por un modelo de ciudad coche-céntrico. La falta de accesibilidad peatonal entre ambas zonas es un problema grave que afecta a la vida diaria del vecindario. El cierre del paso por la calle Carlina obliga a dar un rodeo (por metro Casa Campo o Alto de Extremadura) para poder acceder a pie al otro lado, lo que es especialmente difícil para personas mayores, con movilidad reducida, o que no hacen uso de vehículo privado.

El servicio especial de bus que funciona entre ambos territorios es del todo insuficiente, ya que el recorrido no cubre toda la zona afectada y la frecuencia de paso tampoco es la adecuada.

No solo se separan familias, sino que se ven afectados muchos comercios y varios servicios fundamentales como colegios, o el centro de salud que queda aislado para la mitad de la población a la que atiende. Un servicio esencial para la salud y el bienestar de nuestra comunidad, inaccesible para parte del vecindario.

Vivimos en la ciudad de los coches y de la tala indiscriminada de árboles. Exigimos al ayuntamiento que tome medidas inmediatas para solucionar estos problemas, asociados a una obra faraónica que al menos se prevé que vaya a durar 2 años. Queremos que se priorice la accesibilidad peatonal y se habiliten pasos seguros para poder desplazarnos entre ambos barrios.

Las calles para las vecinas.