Prácticamente desde el inicio de la pandemia y de forma espontánea, los balcones y ventanas de nuestros país se llenaron de aplausos. Lo mismo había sucedido en Italia y otros países. Nos sentíamos en la necesidad de reconocer a quienes nos estaban cuidando y estaban en primer línea contra el Covid19, el personal sanitario. Médicas, celadoras, enfermeros, personal de limpieza y cocina se enfrentaron sin apenas recursos, muchas veces incluso sin medidas de protección… y ahora estamos conociendo que casi el 20% de las personas infectadas, han sido sanitarios/as.
Desde el PCE hemos extendido estos aplausos a otros colectivos: repartidores/as, personal de farmacias, supermercados, transporte público, correos.. en definitiva, a todos esos sectores de la clase trabajadora que expusieron su salud para garantizar la vida de los demás. Porque si algo quedó claro es que la clase obrera es imprescindible para que el mundo funcione. Sin todas esas trabajadores/as, el mundo se habría parado.
Otra de las cosas que generan un amplio consenso es la necesidad de una sanidad pública, universal y de calidad. El papel de la sanidad privada ha sido bochornoso. Desde intentar realizar ERTEs cuando más sanitarios/as se necesitaban, hasta negarse a atender personas infectadas por el coronavirus y trasladar la responsabilidad y el gasto a la sanidad pública. Porque la sanidad privada es un negocio, y como tal, su objetivo no es velar por la salud, sino obtener beneficios.
La sociedad española aún no ha terminado de derrotar al virus, este sigue en la calle dispuesto a que la población baje la guardia para volver a extenderse, echando por los suelos todo el esfuerzo conjunto que hemos hecho como sociedad. Debemos seguir siendo responsables para evitar más fallecidos y por respeto a todos y todas las trabajadoras que han dado todo por cuidarnos, alimentarnos y protegernos. Es por eso especialmente absurda la convocatoria de la derecha y la ultraderecha para salir a la calle a manifestarse simplemente para pedir la dimisión del gobierno, sin propuestas ni alternativas. Y lo que es más grave, sin respetar las medidas de seguridad. Convocatoria que en Leganés, pueblo de trabajadores/as, está siendo tan residual que no concentra ni a 10 personas.
Por ello, nuestra propuesta es continuar con los aplausos tal y como proponen los colectivos que luchan por la sanidad pública, con el reconocimiento de la gran importancia que tiene y de la clase obrera como garante de la vida. Volver a tomar las calles en cuanto cese la pandemia, como lo hacíamos antes de su llegada, en las manifestaciones en defensa de los servicios públicos de este curso político en Leganés. Entendemos que se debe aumentar su fuerza dada la importancia de estos servicios, tal y como ha quedado demostrado en esta pandemia
