El próximo 3 de julio se conmemora el ochenta y dos aniversario del asesinato de los doce miembros de la Juventud Socialista Unificada en las tapias del Cementerio de la Almudena en Madrid, y Daniel Ortega Martínez que fue trasladado a Cádiz y allí fusilado el día 7 de agosto de 1941. Eugenio Mesón Gómez, Domingo Girón García, Guillermo Ascanio Moreno, Raimundo Calvo Moreno, José Suarez Montero, Germán Paredes García, Manuel Bares Liebana, Godofredo Labarga Carballo, Pedro Sánchez Vázquez, Eladio López Poveda, Fernando Barahona Pérez, Federico Manzano Cobantes y Daniel Ortega Martínez habían sido detenidos y encarcelados por la Junta del coronel Segismundo Casado.
A primeros de marzo de 1939 el Coronel Casado emprendió un golpe de Estado contra el legítimo gobierno republicano presidido por el socialista Juan Negrín. Durante varios meses el coronel sedicioso había conspirado contra el gobierno republicano manteniendo contactos con “la quinta columna” encargada de sabotear con sus acciones la defensa de la capital que se encontraba rodeada por la tropas facciosas del General Franco. La conocida como la Junta de Casado recibió el apoyo de significados socialistas como Julián Besteiro y Wenceslao Carrillo, y también de anarquistas como Cipriano Mera o Melchor Rodríguez. El Coronel Casado y otros miembros de la Junta habían estado haciendo gestiones con los partidarios de Franco dentro de la capital. “La quinta columna”, formada por partidarios de Franco que se encontraban dentro de la capital tenía como finalidad pactar la rendición de Madrid a las tropas del General golpista. Durante todos los años de asedio a la ciudad los quintacolumnistas habían realizado actos de sabotaje con el fin de debilitar la resistencia de los ciudadanos de Madrid.
Sin ningún pudor y con manifiesto acto de cobardía la Junta del coronel Casado entregó a los comunistas detenidos a las tropas de Franco que en un procedimiento militar sumarísimo condenó a 13 de ellos a pena de muerte.
La historia de los vencedores y de aquellos que traicionaron de nuevo a la República Española con el golpe del Coronel Casado han querido ocultar lo sucedido, por eso cada tres de julio nos reunimos ante su tumba en el cementerio de la Almudena para recordar a aquellos camaradas cuya dignidad han querido sepultar, para que sus nombres no se borren de la historia, según palabras de Julia Conesa (Las Trece Rosas).