Este 8M las comunistas de Madrid estamos en la calle con nuestras compañeras para denunciar la precariedad vital que vivimos las mujeres.
Estamos inmersas en una crisis global del capitalismo desde hace años, con décadas de políticas neoliberales, que han provocado un empeoramiento de las condiciones de vida de la clase trabajadora y que ha supuesto una merma en los pocos derechos que se habían conseguido tras tantos años de lucha. Una crisis capitalista que no solo se da en el trabajo asalariado, sino también en el sistema de reproducción social.
El sistema capitalista es un sistema que se rige por una lógica contraria a la vida y que se sirve de la explotación de nuestra clase, de los recursos naturales y del trabajo reproductivo que sostiene la vida en el planeta, para enriquecerse y perpetuarse.
El capitalismo necesita toda la actividad de cuidados, que hacemos mayoritariamente las mujeres de clase trabajadora, para sobrevivir y perpetuarse. Todo el trabajo reproductivo que se hace dentro de los hogares y que no es remunerado y el que se hace de manera remunerada, invisible y precario.
Nosotras sostenemos parte de la actividad económica de forma invisibilidad y precarizada. Nosotras somos las que generamos la riqueza, sin nuestro trabajo, el sistema se derrumba. Somos los de abajo los que sostenemos el sistema, los que generamos los conocimientos en las universidades, los que desarrollamos las tecnologías, los que conducimos el metro y los que limpiamos la basura.
La crisis de cuidados que ha generado el sistema no sólo es un asunto sin resolver, sino que cada día tensiona más la vida de las mujeres. Nosotras estamos atadas por dobles cadenas, las que nos fuerzan a tener un empleo, a la vez que realizamos toda la actividad de cuidados que llevamos, solas, muy solas.
Salimos a la calle porque no podemos más, a reclamar una vida digna y justicia social para todas.
Las comunistas sabemos que el feminismo es un potente instrumento para la transformación de la sociedad, para hacer frente a los desafíos del sistema y para evidenciar el papel indispensable de las mujeres en el sostenimiento de la vida y la carga de trabajo reproductivo del que se beneficia la sociedad capitalista. El feminismo es rebelión contra ese orden establecido. Necesitamos estar unidas, no solo juntas podremos tener la fuerza suficiente para transformar este sistema, pero sin dejar a nadie atrás.
Es necesario acabar con las políticas neoliberales en la Comunidad de Madrid y que han dejado sin recursos y debilitado en un grado insoportable los servicios públicos.
El sostenimiento de la vida debe ser el motor del sistema, luchamos por unos servicios públicos universales y gratuitos, que permitan una redistribución más justa de la riqueza, con una sistema tributario en el que paguen más los que más tienen, que proteja a las trabajadoras de la precariedad y la explotación, que no permita que haya casas vacías mientras haya personas sin casas. En el tener luz y calefacción sea un derecho y no un privilegio.
Necesitamos unas políticas sociales que atiendan a la mayoría social, a las trabajadoras migrantes, a las trabajadoras domésticas y a las precarizadas. No nos vale libertad para unas a costa de esclavitud para otras.
Necesitamos un sistema de salud fuerte, sin listas de espera interminables. Residencias para nuestras mayores, en manos privadas en su mayoría y sin apenas recursos para dar una atención digna.
Necesitamos que se fomente el empleo público para el personal esencial. El que nos cuidó en la pandemia, que pueda atender a las personas dependientes, a las niñas y niños que necesitan atención temprana.
Necesitamos planes sociales que prioricen la vida de las personas por encima de la producción de beneficios.
El feminismo es una lucha por los derechos humanos de todas las mujeres explotadas, contra la barbarie capitalista y contra todas las violencias que sufrimos
Frente al individualismo y al aislamiento al que quieren someternos, este 8 de marzo, las feministas estamos juntas, en cada barrio y cada pueblo. Organizando redes de apoyo mutuo; compartiendo y organizando redes y tejido comunitario.
Este sistema no nos vale y las comunistas no pararemos hasta construir otro que ponga la vida en el centro.
Llenemos de lucha, alegría y rabia las calles este 8M.
¡Imparables, luchando juntas!