POR EL REFUERZO DEL TRANSPORTE COLECTIVO EN LA COMUNIDAD DE MADRID
No cabe duda, que cuando hablamos de Transporte Público, en el ámbito de una gran ciudad y de su área metropolitana, estamos tratando con un tema de especial importancia, interés y sensible. La cantidad de ciudadanos que se ven afectados y afectadas por todo lo que acontezca en su Transporte Público, va más allá de los usuarios habituales que lo utilizan para trasladarse a realizar sus rutinas diarias, hablamos de aquellas viajeras y viajeros esporádicos, trabajadoras y trabajadores, estudiantes, personas que lo utilizan para hacer la compra, para acercarse a mantener un rato de ocio o visitar familiares ya sean dependientes o no. En el caso del Transporte Público de la Comunidad de Madrid, también hablamos de las decenas de miles de trabajadoras y trabajadores que están empleadas en las empresas de Transporte Público.
El Transporte Público, en el ámbito de nuestra comunidad, aglutina a trabajadoras y trabajadores de empresas tanto públicas como privadas, cuyo ámbito de actuación es urbano o interurbano y que además puede ser colectivo o no. Cada una de estas realidades, se enfrenta en su día a día a distintas problemáticas, tanto laborales, de gestión del servicio o de calidad del mismo hacia sus potenciales viajeras y viajeros.
Se han alzado algunas voces institucionales, dando pie al uso del transporte privado individual en la actual situación de emergencia sanitaria para evitar los contagios. Desde el PCM y la Juventud Comunista, estamos en contra de tales afirmaciones. Por las siguientes razones:
Existe un claro componente de clase social en la utilización del transporte privado frente al público: una mayor proporción de la clase trabajadora, migrantes, jóvenes, etcétera, no tiene acceso al vehículo privado individual, utilizando en mayor proporción el Transporte Público colectivo de viajeros. Las opciones de coches menos contaminantes tampoco son accesibles a la mayor parte de la clase trabajadora.
Es fundamental potenciar la menor contaminación atmosférica mediante la promoción de una mayor utilización del Transporte Público colectivo de viajeros entre la población en detrimento del vehículo privado individual. El coche individual es el medio de transporte energéticamente menos eficiente y ambientalmente más contaminante (comparado con autobuses, cercanías y metro, sobre la base de un número equivalente de personas transportadas).
Existe evidencia del vínculo entre la exposición continuada en el tiempo a la contaminación y la mayor letalidad de la covid-19, al estar ambas ligadas a las mismas enfermedades. Ello se debe a la mayor prevalencia de enfermedades respiratorias en los lugares más contaminados induciendo a un agravamiento de la enfermedad covid-19 en personas con esas patologías.
En cuanto al contagio, decir que, con el fortalecimiento de las medidas sanitarias adecuadas, desinfección y ordenación del espacio dentro de las instalaciones con la regulación del aforo y la implantación obligatoria de la mascarilla higiénica en el Transporte Público, dichos argumentos, quedan desacreditados si se toman estas como primordiales.
Apostar por el Transporte Público, dentro de una gran urbe y su área metropolitana, para el PCM y la UJCM, es ser conscientes de todas las realidades que conlleva, y en el transporte de la Comunidad de Madrid, pasa por dignificarlo y poner un ojo sobre el diseño de las ciudades que deseamos.
Dignificar el Transporte Público es pensar en nuestra clase, la clase obrera. Es poner en el centro a usuarias y trabajadoras del sector. Es poner de manifiesto que la cobertura de la red es insuficiente y las frecuencias de paso del Transporte Público colectivo de viajeros son muy grandes. Es ser conscientes de la enorme diferencia salarial y de derechos laborales que implica estar contratado en una u otra empresa que presta el servicio. Es mirar más allá, y ver el Transporte Público, no como un mero medio para ir tan solo al trabajo y volver a casa, si no ampliar esa mirada hacia el ocio, los cuidados, visita de familiares y amigos, compras, etcétera, en definitiva, que la movilidad es un derecho y nos apremia hacer uso de él para diversas actividades en nuestro día a día. En definitiva, para conseguir un Transporte Público digno a todos los niveles, hay que recuperar cuanto antes su gestión pública, blindar los contratos y mejorar sustancialmente los derechos de la plantilla del sector, ampliando el número de trabajadoras y trabajadores contratados con el fin de redistribuir la carga de horarios y mejorar la frecuencia de paso.
Si somos capaces de mirar más allá y pensar en el modelo de ciudad y área metropolitana que deseamos, no cabe duda que el modelo que presenta el Partido Popular en la Comunidad de Madrid, no es el idóneo. La centralización de los servicios, de teatros, ocio, hostelería, lugares de trabajo, etcétera, en el centro de la capital, hace que los tiempos de desplazamiento se alarguen innecesariamente, contribuyen a la “boina de contaminación” sobre la ciudad, hace a las vecinas y vecinos del barrio se les eche de sus casas por especulaciones inmobiliarias que dejan el centro como un gran hotel sin regular en brazos de los fondos buitre que invierten en el “turismo de plataforma digital”. Si nuestro modelo no fuese radial y estos servicios estuviesen atomizados a lo largo de nuestra geografía, en cada pueblo y núcleo urbano, si apostásemos por un modelo sostenible que no obligase a desplazarse siempre al centro de la capital para disfrutar de cualquier servicio, si invirtiéramos en industria de calidad, sostenible y verde, como por ejemplo las energías renovables, a lo largo de nuestra geografía, podríamos crear puestos de trabajo cercanos a los domicilios de la gente y evitar los desplazamientos extremadamente largos, caros e innecesarios al centro de la capital, que a la postre, restan calidad de vida y tiempo de ocio.
Desde el Partido Comunista de Madrid y la Juventud Comunista, debemos promover una cultura basada en lo colectivo, ecológicamente viable, basada en los espacios compartidos y la solidaridad, para lo cual es fundamental compartir lugares de transporte y reducir la cultura individualista basada en el consumo compulsivo, egoísta e insostenible, teniendo en cuenta la dignificación del Transporte Público y el modelo de ciudad y área metropolitana que deseamos. Por lo tanto, proponemos:
- Gestionar desde lo público todo el Transporte Público colectivo de viajeros de la Comunidad de Madrid, ya sea a través de empresas de titularidad 100% pública o directamente desde el Consorcio Regional de Transportes de Madrid y Ayuntamientos.
- Aumentar la frecuencia media de paso, mejorar las condiciones laborales y ampliar la plantilla de las empresas.
- Fortalecer con carácter inmediato medidas sanitarias, desinfección y ordenación del espacio dentro de instalaciones para garantizar la salud de las plantillas y usuarias en el Transporte Público colectivo (autobús, metro, tren).
- Implementar los títulos de Transporte Público colectivo de viajeros, a coste cero para la clase obrera.
- Vincular nuestra propuesta de transporte y movilidad público colectivo sostenible a un nuevo modelo de ciudad y reequilibrio territorial por lo que debemos invertir en materia de servicios sociales e infraestructuras (guarderías, escuelas, atención primaria, hospitales, instalaciones deportivas) priorizando distritos y barrios deprimidos, logrando el reequilibrio territorial entre distritos y barrios, entre el norte y el sur de Madrid.
- Invertir en ordenación territorial, desarrollo tecnológico-industrial e instalación de energías renovables en los distritos y barrios periféricos. Con ello se quiere acercar los servicios sociales, centros de trabajo, actividades recreativas a los lugares más abandonados, promoviendo simultáneamente una mayor cercanía y diversidad espaciales dentro de cada distrito y barrio.
- Instalar a lo largo de nuestra geografía industria sostenible para conseguir empleos de calidad y evitar los desplazamientos a este fin.
- Recuperar espacios públicos y vías públicas destinados a peatones, ciclistas y carriles de autobús en detrimento del vehículo privado, a combinar con el incremento de la flota pública de bicicletas.
